Aunque parezca algo increíble, los bebés no cuentan con la capacidad de ver de forma nítida al momento de su nacimiento. Se debe esperar hasta los 6-8 meses a fin de que puedan conseguir un nivel de desarrollo que sea óptimo de este sentido.
Esto se debe a que al nacer, su campo de visión es bastante corto y no son capaces de procesar y entender lo que ven del mismo modo como lo hace un adulto.
Muy distinto a lo que sucede con el oído, la vista no se encuentra del todo desarrollada al momento en que nacen los bebés. Esto no quiere decir que no puedan ver; de hecho se podría decir que a partir de la semana 26 del embarazo los ojos del bebé ya se encuentran listos para ver, aunque no de forma clara.
Tan solo al nacer un bebé cuenta con un campo de visión que es bastante limitado, este es de unos 20 centímetros, eso explica la necesidad de cercanía y contacto que presentan los bebés. Es también por ello que resulta bastante común que los bebés bizqueen hasta los 3 meses tratando de enfocar.
Con relación a los colores, llega a pasar algo similar a lo que sucede con el enfoque de sus ojos ya que los distinguen, pero de manera prematura.
Por ejemplo, aquellos colores que estan contrastados como el negro y el blanco logran diferenciarlos sin ningun problema, pero cuendo se trata de otros, pueden presentar un poco de dificultad.
Es a partir de los seis meses aproximadamente, cuando ven los bebés de forma nítida y comienzan a distinguir mejor los colores viendo el mundo como lo hace un adulto.
Durante el primer año de edad: ¿Cuándo ven los bebés?
- Durante el primer año de vida: la visión del bebé se desarrolla de forma rápida, aunque de recién nacido alcanzan a ver formas grandes y rostros, al igual que los colores brillantes.
- 3 y 4 meses: en su mayoría, los bebés tienen la capacidad de enfocar la vista sobre una variedad de objetos que son bastante pequeños y además pueden reconocer la diferencia entre colores, sobre todo, el rojo y el verde.
- 5 meses: los ojos de un bebé se mantienen trabajando en simultáneo. En este período los bebés comienzan a desarrollar la percepción de profundidad (visión binocular).
- 12 meses en adelante: la visión alcanza niveles que son normales como los adultos, mientras continúa aprendiendo y entendiendo lo que ve.
Hay que tomar en consideración que la visión de cada niño se llega a desarrollar a su propio ritmo, pero el patrón general de desarrollo suele ser el mismo.
Debido a que la visión de un bebé se desarrolla rápidamente durante el primer año de vida, el médico debe examinar sus ojos durante cada visita de control.
Incluso, una vez que ya tiene el primer año, sus exámenes oftalmológicos deben ser realizados periódicamente por el médico ya que es importante para poder identificar cualquier problema ocular que pueda surgir más adelante en la infancia.
En el nuevo mundo del bebé, sólo existen tres cosas que son importantes: Su mamá, su mamá y la leche.
Aunque no te fijes en cada detalle de su cara y su cuerpo, él observará atentamente una forma grande, curva, ligeramente móvil y básicamente borrosa, que flota sobre él, su mamá. Cuanto llegue a ver mejor tu cara, más deseará estar contigo.
El niño puede sentir lo mismo que siente un adulto con respecto a él
Cuando ven los bebés, son capaces de establecer contacto visual con su madre desde el primer momento cuando nace. Inicialmente de forma breve, porque al recién nacido le resulta un poco complicado mantenerse alerta y concentrado.
Observar los rostros llega a satisfacer numerosas necesidades que no suple su limitada percepción: al ver los ojos brillantes y la boca oscura con las que se crea un contraste, mientras que en el caso del cabello, este enmarca la cara estimulando su visión periférica.
Nuestra cara no sólo cuenta con todos los rasgos visuales que le agradan al bebé, sino que aparte de ello, puede moverse y emitir sonidos. El niño tiene la posibilidad de ver los bordes de las cosas de mejor manera que la parte central o los detalles.
De manera que si mantiene sus ojos fijos en ti, puede recibir la misma respuesta, dicho intercambio de miradas es el que marca el inicio de un vínculo que será creciente.
Aunque es algo borroso al nacer, el sentido de la visión se encuentra perfectamente en sintonía con su necesidad de mirar a la persona más importante para él.
Un recién nacido puede concentrarse en objetos que estan situados a 20 ó 30 cm de sus ojos y esta es precisamente la distancia a la que se encuentra la cara de mamá al momento de recibir los alimentos, sobre todo los contrastes blanco-negro.
Primeros planos de visión del bebé
Los bebés nacen con la programación de prestar atención a las personas debido a que es de ellas de quienes aprende. Asi que aunque te intriga la pregunta de cuándo ven los bebés, la evolución se ha encargado de equipar a los recién nacidos con el tipo de visión más adecuada para ellos: cercana y personal.
Es así, como la visión borrosa del bebé a larga distancia llega a actuar como una especie de barrera contra la ansiedad, ya que es capaz de identificar de manera precoz los rasgos que presenta el rostro humano, evitando con su proximidad que se sienta abrumado por cosas que no puede utilizar o comprender.
A su alrededor ya hay suficiente luz y sonido para comenzar a conocer a su familia y el mundo que le rodea.
Imitación de lo que ve
Los científicos han llegado a la conclusión de que cuando ven los bebés, no sólo tienen la capacidad de distinguir los rostros mostrando preferencias entre ellas, sino que aparte parece que reconocen la similitud que tienen las caras de los demás con la suya propia.
“Igual que yo” es un fenómeno que resulta bastante asombroso, ya que un recién nacido nunca ha visto su propia cara.
Según los estudios, estos apuntan a que podemos aprender de nuestras propias mentes al observar a los que nos rodean y comparándolos con nosotros mismos, lo que convierte a la imitación en una herramienta de aprendizaje sumamente importante.
Tu bebé llega a ver su cara en la tuya, a eso se le llama “reflejarse” y es considerado un instrumento importante para que el bebé se mantenga consciente de sí mismo.
Estimular la vista del bebé
En el transcurso del tiempo el bebé utilizará un verdadero espejo (uno especial para bebés, con el que se les pueda garantizar su seguridad) colgado a un costado de su cuna como si se tratara de un juguete, y esto se puede hacer incluso antes de que se pueda desplazar por la casa.
Le gustará mucho poder observar esa imagen que le resulta tan interesante que es reflejada por el espejo durante mucho tiempo, todo antes de que se de cuenta de que se encuentra observando su propio rostro.
Esta podría ser una de las innumerables formas que existen para estimular la visión de un bebé, debido a que la visión requiere de estímulo para poder enfocarse y con ello mejorar.
La visión se trata del único sentido que no ha sido utilizado antes de nacer, por lo que llega en un estado primitivo.
Cada una de las experiencias que se adquieren con la visión puede ayudar al bebé a perfeccionar su capacidad de observación, la percepción espacial y la coordinación de los ojos y de las manos.
Cuanto mayor sea la variedad de cosas que puede ver un bebé para fomentar su desarrollo visual, mejor ha de ser después en las cosas que requieren capacidad visual.
Cuando ven los bebés, comienzan a detectar detalles
Cuando los bebés han llegado a sus dos meses de vida, estos comienzan a detectar las diferencias que se presentan en los rostros. Aunque el cambio más notable que se presenta en la visión de un bebé durante esta época se encuentra en su creciente capacidad de detectar los detalles.
Este es el momento en el que comienza a fijarse en el móvil que hemos colgado sobre su cuna. A los bebés les agrada mucho detenerse a mirar las cosas que presentan contrastes bien marcados, como el blanco y el negro, y formas como las dianas, las rayas y los círculos.
A este punto, ya no se trata de mirar por mirar, sino que su visión se ve estimulada con los detalles. Sin embargo, hay que recordar que perderá interés en el móvil o la foto una vez que haya pasado un tiempo, indicativo de que se encuentra preparado para un cambio.