Cuándo empiezan a sonreír los bebés

Cuándo empiezan a sonreír los bebés

Desde que es un feto, el bebé ya comienza a esbozar sonrisas, de modo que resulta algo complicado establecer exactamente cuándo empiezan a sonreír los bebés.

Si hacemos referencia al primer gesto de sonrisa, entonces se puede ver en algún momento de la gestación donde el feto ya ha sido capaz de hacer dicha mueca, de manera que, al momento de nacer son también capaces de hacerla. 

¿Los recién nacidos pueden sonreir?

Los recién nacidos pueden sonreir

Posiblemente todos hemos visto en algún momento a un recién nacido sonreír mientras se encuentra durmiendo, como si estuviera soñando con algo que le resulta gracioso.

No obstante, no se tiene un conocimiento certero del por qué lo hacen, ya que un bebé que prácticamente acaba de nacer no ha tenido ninguna experiencia que le pueda hacer reír y tampoco el raciocinio que se necesita para que un recuerdo le cause gracia.

Es así, como se suele considerar que el bebé podría estar a gusto, excitado por alguna sensación interna, o incluso podría ser que se tratara simplemente de un reflejo nervioso.

Hablar de la primera sonrisa del bebé, nos lleva a distinguir entre los diversos tipos de sonrisa, y así es como se puede hablar con propiedad. Resulta básico lograr diferenciar la sonrisa que no es intencionada de la que sí. 

Es decir, hay que distinguir entre el gesto de la sonrisa como tal, y la sonrisa que ha sido provocada por alguna razón. 

Sonrisa que no es intencionada

Esta sonrisa es descrita como el fruto de un reflejo nervioso que posee el recién nacido, o bien, alguna sensación que es agradable y que ha sido experimentada por el bebé; por lo que no se trata de una sonrisa propiamente dicha.

Sonrisa que no es intencionada

Si bien podemos considerar que esta llega a despertar la emoción y la ternura de quienes afortunadamente la presencian, sobre todo de sus padres, dicha sonrisa no cuenta con alguna emoción o raciocinio.

Tan solo se trata de un acto reflejo que se produce durante las primeras horas de vida del bebé, en especial cuando se encuentra dormido, como si este se encuentra soñando con algo que es agradable. 

Sonrisa intencionada, o una sonrisa social

Esta se trata de una sonrisa que es fruto de la experiencia vital por la que ha transitado el bebé una vez que se encuentra fuera del útero, por lo que implica capacidad de raciocinio e intencionalidad. 

Dicha sonrisa, esa que es «auténtica», la sonrisa social, se llega a producir alrededor de su primer mes de vida, cuando el bebé ya es capaz de diferenciar rostros y un poco de lo que lo rodea. 

Sonrisa intencionada, o una sonrisa social

Cuando el bebé sonríe intencionadamente, siempre lo hace con la intención de comunicar algo, de interactuar. Por lo tanto, cuando te dedica una sonrisa que hace que se te «caiga la baba», está esperando que le respondas de alguna manera, como el ser social que es. Es algo que forma parte de su desarrollo.

La sonrisa se convierte en un indicativo sumamente importante cuando lo que se busca es la valoración del bienestar del bebé, ya que este solo puede comunicarse por medio del llanto, de la sonrisa o de la risa antes de poder llegar a desarrollar su capacidad de hablar. 

Resulta sencillo, cuando necesita algo o no se encuentra a gusto, llora o se queja; pero cuando se encuentra satisfecho y feliz, es cuando sonríe. 

La sonrisa en los bebés que ya han llegado a sus seis meses

La mejor manera de responder a una sonrisa de bebé es por medio de palabras agradables y caricias, porque de este modo el bebé puede notar que esa figura que se encuentra delante de sus ojos es alguien distinta a él. 

Es de esta manera que se desarrolla una relación entre los padres y el niño, quien llega a descubrir que sonriendo puede obtener resultados.

Es así, como esa sonrisa automática se convierte en social y es por ello que se conoce como una manera de comunicación para el niño, que además complementa con otros medios de comunicación que son fundamentales, sobre todo, con el desarrollo del lenguaje.

Fases de la sonrisa

Fases de la sonrisa

Últimas fases del feto:

En líneas generales entre los siete u ocho meses de gestación, es posible agarrarlo «in fraganti» durante alguna ecografía. La sonrisa del feto no se trata de una actividad consciente, sino que se trata de un reflejo que es automático y ejercido por el músculo risorio (que se encuentra presente en los humanos pero ausente en los animales).

Se trata de un reflejo arcaico, pero que forma parte del patrimonio genético de la humanidad, y que ha evolucionado durante miles de años. 

Segunda semana de vida:

En este momento de la vida del bebé, este puede expresar con su sonrisa un estado de bienestar debido a la satisfacción que recibe en sus necesidades básicas. 

Un recién nacido solo necesita encontrarse bien alimentado a demanda, dormir bien cuando tiene sueño, tener el pañal limpio, no presentar molestias en su barriguita y sentirse seguro y protegido, sobre todo en los brazos de su mamá. 

Si cumple con todas estas necesidades, entonces puede llegar a agradecer con una tierna sonrisa.

Quinta o sexta semana de vida:

Cuando el bebé ha llegado al mes de vida, comienza a sonreír a una serie de estímulos externos, y entre ellos el más importante es la voz de su mamá, esa persona que forma un todo con él y que además es la preferida de todo su mundo.  

Cuando el pequeño la escucha, se convierte en melodía para sus oídos. Asimismo, si percibe un determinado sonido o la cara de alguien que le es familiar, un conocido o alguna persona que le resulta agradable acercándose, también  podría  provocarle una sonrisa. 

Desde los tres meses:

A los tres meses, es cuando se hacen presente las primeras risas en voz alta, y esa carcajada se trata de una señal de maduración del niño; ya que esta obedece a un proceso de respuesta a los estímulos que recibe.

Un juego, alguna canción, una voz que le resulte divertida, alguien que corretea a su alrededor, estos pueden ser estímulos que le provocan carcajadas al bebé. 

Durante los cinco meses:

Esta es una edad donde el bebé se hace más selectivo y comienza a diferenciar entre una cara que le es familiar y una cara que es extraña. De manera que, es normal que sus sonrisas no sean tan prolíficas como cuando era más pequeñito.

Pero hay que mantener presente que no todos sus familiares o amigos de la familia deben gustarle, y ante ello no tiene algún reparo en no disimular. No se trata de algo personal, sino cosas como una barba oscura, una voz grave, o quizá una risa chillona. 

En todo caso, esta es una etapa más, donde se deben valorar y analizar los estímulos y también a las personas, a fin de realizar su selección antes de regalar su encantadora sonrisa.

Ocho meses en adelante:

Una vez que ha llegado a los ocho meses, el pequeño ya es capaz de negar la sonrisa a aquellas personas que no conoce. Siendo mayorcito, ya sabe qué es lo que quiere y, sobre todo, lo que no quiere.

Cuando se hacen presente sus primeros balbuceos ya se presentaron más sonidos y gorjeos, y estos los acompaña con gestos que son bastante elocuentes. Si se encuentra frente a algo que le incomoda, que no le entretiene o está fuera de su interés, entonces protestará. 

Sus sonrisas y risas siempre serán sinceras cuando algo le provoca placer o satisfacción. En todo caso, hay que mantener presente que es importante responder a la sonrisa de un niño, desde el momento en que nace hasta que es más mayor debido a que es importante para su desarrollo y también para su integración dentro del mundo social en el que vivimos. 

Te has preguntado alguna vez ¿De qué se ríen los bebés?

De qué se ríen los bebés

Lo que nos interesa realmente no es la sonrisa del bebé a los pocos días tomando una siesta, sino la que un bebé hace cuando se encuentra despierto más o menos cuando ha cumplido su primer mes de vida, porque se encuentra contento de ver a un adulto, o quizás está intentando ser simpático.

Para lograrlo, no lo piensa de este modo, no dice «voy a ver si le caigo bien a esta persona»; sólo que como se trata de un ser social que es, reacciona tal y como establece la evolución. 

Es así, que cuando se da cuenta de que está solo presente la capacidad de llorar, y cuando puede darse cuenta de que está acompañado, también tiene la capacidad de sonreír.

Es como si el bebé te intentara educar a través de sus respuestas. “Si papá y mamá consiguen mantenerme feliz, contento y satisfecho, les sonreiré, pero si no lo consigue, entonces lloraré». De este modo los padres pueden saber cuándo van bien y cuándo pueden mejorar.

Primera «comunicación»

Esta es conocida como esa primera sonrisa, siendo esta la primera vez que el bebé establece comunicación, que alcanza la socialización emitiendo un mensaje. Y cuando alguien ha emitido un mensaje a otra persona, siempre espera una respuesta.

En tal sentido, los padres tienen el deber de mantenerse cerca de sus hijos cuando se encuentran despiertos, hablar, tocarlos, sonreírles, cantar, mirarlos, es decir, emitir algún tipo de respuesta a su sonrisa.

Además, mantenerse pendientes de sus gestos, ruidos, miradas, entre otros, ya que paulatinamente irán incorporando nuevas maneras de comunicarse cómo se sienten en relación a tu manera de hacer las cosas.

Así, la relación entre padres e hijos se va estrechando al «escuchar» a mamá y papá, va mirando y aprendiendo de lo que ellos le hacen, en otras ocasiones son los padres los que «escuchan» al bebé, y esperan ver qué quiere decir con sus gestos, gemidos, sonrisas y quejidos. 

Esta llega a ser una alternancia en la comunicación que resulta bastante básica, pero que resulta muy útil para el bebé estrechando los lazos entre padres e hijos.

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